La estrategia de operaciones debe estar integrada con la estrategia empresarial, estar reflejada en un plan formal y dar como resultado un patrón consistente de toma de decisiones. Debe proporcionar ventajas competitivas, haciendo que los productos o servicios comercializados posean ciertas características capaces de aportar valor al cliente. A estas características las llamaremos “competencias distintivas”.
En muchas empresas las operaciones se encuentran desfasadas de la estrategia empresarial. Es frecuente que las decisiones en operaciones muestren inconsistencias y que tengan visión cortoplacista. Como resultado, las operaciones se ven divorciadas de la empresa y se anulan las sinergias con otras áreas.
La estrategia de operaciones debe guiar la toma de decisiones y acciones de operaciones, de forma consistente y cohesionada con las competencias distintivas. En términos simples, la estrategia de operaciones especifica cómo la empresa generará y gestionará sus competencias distintivas de operaciones, para soportar la estrategia de negocio.
Recomendamos la elaboración de una estrategia de operaciones que se derive de la estrategia empresarial y que ayude a la empresa a ser más competitiva y, por lo tanto, más rentable. Ofrecemos al lector un modelo con el que ordenar sus ideas y le sirva desarrollar su propia estrategia de operaciones.