Carlos Moro es un ingeniero agrónomo que crea en 1988 la bodega Matarromera en Ribera del Duero, sobre una pequeña propiedad familiar. Con el paso de los años, va adquiriendo otras bodegas y tierras, hasta configurar 25 años más tarde un grupo empresarial- Grupo Matarromera- que factura cerca de 20 millones de euros y lo integran varias empresas, entre las que destacan 7 bodegas y explotaciones agrícolas propietarias de 500 hectáreas de viña en la zona. Desde los comienzos tiene una clara orientación hacia la calidad de los vinos y la innovación, por lo que llega a crear un departamento propio de I+D+i que consigue varias patentes relacionadas con el proceso de producción de vino, vino sin alcohol, enocosméticos, o ingredientes para la cocina. En 2014, se ve en la necesidad de decidir sobre su modelo de crecimiento, ante la diversificación lograda con la política de innovaciones.