En enero de 2013, como resultado de una prueba de autenticidad de ADN rutinaria efectuada en Irlanda, se encontraron trazas de carne de caballo en determinados productos de carne de vacuno. Hubo algunas grandes cadenas de distribución afectadas. En ese momento comenzó una crisis en Europa donde los consumidores empezaban a dudar sobre la seguridad y la trazabilidad de los productos que estaban comiendo. Nestlé, que se preocupa mucho de lo que piensa su consumidor, inmediatamente respondió y comprobó que no se veían afectados. Sin embargo, José López, Vice Presidente Ejecutivo de Operaciones quería tener toda la información y por lo que organizó una reunión. ¿Era demasiado apresurado convocar una reunión? Debía Nestlé realmente hacer algo? ¿Qué acciones se podían proponer? ¿Qué decisiones había que tomar?