Para Artiem Fresh People Hotels, la satisfacción del cliente, tanto interno como externo, era clave y a ella se habían orientado –y se orientaban– buena parte de los esfuerzos de una compañía del sector turístico español nacida en Menorca, abonada a una suerte de relación causa–efecto: trabajadores satisfechos dan lugar a clientes satisfechos y a cuentas de resultados sostenibles. En 2013, Artiem Fresh People Hotels había entrado por primera vez en la lista de los Great Places to Work, un reconocimiento a empresas caracterizadas por su potencial para desarrollarse profesionalmente y por su buen clima laboral, que la empresa menorquina había recibido cuatro años consecutivos. Y, un año más tarde, en 2014 comenzó a preparar su plan estratégico 2015-2018 y su “salto” a Madrid, donde la cadena menorquina abrió su primer establecimiento, Artiem Madrid, en diciembre de 2015, después de una reforma integral ejecutada en cuatro meses. El caso plantea la reflexión sobre el plan estratégico 2016-2018 basada en la mejora de la productividad y creación de valor a través del talento de su equipo y los retos de futuro a los que se enfrenta en un entorno global complicado por la posibilidad de que se produjera el Brexit.