La Bodega Barbadillo de Sanlucar de Barrameda, en Cádiz, decide dentro de su plan de desarrollo corporativo, adquirir la Bodega Pirineos de la Denominación de Origen de Somontano. Afronta la gestión de la nueva empresa estableciendo como prioridades, optimizar sinergias entre ambas, pero sobre todo potenciar su área comercial. Existían dos subgamas de vinos, que decide mantener, pero reorganizando su arquitectura para potenciar la marca corporativa Pirineos, -de calidad contrastada por prestigiosos premios- que actuaría como aval de calidad, para mejorar el posicionamiento en el mercado e incrementar los precios. La distribución también se reorganiza, unificando bajo un mismo equipo comercial, los productos de todas las empresas que configuran el grupo Barbadillo y se potencia el departamento de exportación, que comienza a actuar conjuntamente.