La Gazzetta di Lecce era el periódico más antiguo del Grupo Bianco, empresa familiar propietaria de varias cabeceras en el sur de Italia (Apulia). Durante la década de 2000 este grupo experimentó un gran crecimiento, que se tradujo en un fuerte apalancamiento financiero, pero que le permitió alcanzar una posición de liderazgo regional.
Al estallar la crisis económica de 2007, tuvo que hacer frente a cuantiosos recortes de gastos para garantizar su supervivencia, por lo que no pudo dedicar los fondos económicos que exigía la transformación digital que estaba transformando la economía, y que incidían de forma rápida y profunda en el sector de la prensa.
En 2017, cuando parecían ciertos los signos de recuperación económica, el Grupo Bianco en general y Gazzetta di Lecce en particular, seguían manteniendo la tendencia descendente en su número de lectores, factor que se inició con la crisis económica de 2007. Su presidente encargó una investigación de mercado para conocer la opinión y hábitos de los lectores tras la crisis.
Las dudas surgían a la hora de decidir qué medidas adoptar, ya que existían distintas alternativas para intentar paliar esta situación. Algunos directivos en la empresa aconsejaban realizar una campaña publicitaria, al tiempo que reforzar las promociones a los lectores y volver a realizar algunos de los actos sociales que patrocinaba La Gazzetta di Lecce en los años de bonanza económica. Otros en cambio, pensaban que sería más conveniente mejorar el producto incorporando a más periodistas para reforzar las ediciones impresas y digital. Los recursos económicos no permitían afrontar simultáneamente ambas vías, y además existían divergencias sobre la idoneidad y el momento de una u otra. Además, tampoco se sabía la opinión de los lectores.
El caso refleja los resultados de la investigación de mercado y abre el debate sobre las medidas a adoptar.
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