Fernando Valdés, CEO de Campofrío Food Group (CFG) reflexionaba en 2015 sobre los retos de la compañía. CFG era un grupo formado por compañías muy heterogéneas, con posicionamientos dispares en algunos países. El objetivo era crear una “compañía cárnica europea” con una estrategia basada en categorías europeas de producto, un enfoque osado, pues aunque se pretendía que el 60% de la gama llegase a ser global, el 99% era todavía local. ¿Era adecuada la estrategia? ¿Encajaban todas las piezas? Por otra parte, la subida de precios de la materia prima cárnica entre 2011 y 2014 cuestionaba la estrategia de aprovisionamiento: ¿era aconsejable una mayor integración vertical hacia la producción ganadera? En esas circunstancias, el incendio que destruyó en 2014 la fábrica de Burgos, suponía un importante revés y una oportunidad para repensar algunos aspectos de la estrategia.
El caso permite reflexionar sobre algunos de los principales retos estratégicos a los que se enfrentan las empresas de la cadena alimentaria: el desarrollo de estrategias competitivas y la generación de valor en mercados maduros y la gestión estratégica del aprovisionamiento de materia prima en entornos de volatilidad de precios.